Dr. Richard Hays
Notas del mensaje
Hace algunos años comencé a ver algo que me sorprendía mucho: Veía a personas metidas en una relación amorosa que no beneficiaba a la pareja y era como si ellas estuvieran atrapadas en esta relación sin poder corregirla o tornarla benéfica tanto para él como para ella. Por leer la Biblia y algunos otros libros, yo podía darme cuenta de que hay una serie de necesidades profundas en cada ser humano buscando ser saciadas. Estas necesidades están en el fondo de nuestro ser y casi siempre, están funcionando en un nivel inconsciente en nuestras vidas. Esto quiere decir que ¡Sí existen! están en medio de nuestro ser, pero nosotros no estamos conscientes de ellas.
Algunas personas han venido a mí a pedirme consejo, yo he buscado la manera de explicarles de sus necesidades profundas y cómo ellas están afectando sus vidas, para que así puedan hacer los ajustes necesarios y logren tener una relación amorosa sana o, si así se requería; salir de la codependencia en la que se hallaban.
Las necesidades profundas que se encuentran en el fondo del ser de cada persona son:
1. Aceptación.- Ser recibidos voluntariamente por alguien. Permitir que alguien entre en un lugar o forme parte de un grupo o comunidad.
2. Seguridad.- Ausencia de peligro o riesgo; o la sensación de total confianza en algo o alguien.
3. Autoestima (auto valor).- Aprecio o consideración que uno tiene de sí mismo.
4. Amor.- Vivo afecto e inclinación hacia una persona.
5. Propósito y destino.- Razón de ser y existir de una persona.
Como lo mencioné anteriormente, estas necesidades están en el fondo de nuestro ser de una manera inconsciente, pero llega el momento en que alguna de ellas comienza a pronunciarse y evidenciarse. ¡Créeme amigo! ¡Son reales! tanto que muchas empresas consiguen sus ventas explotando la satisfacción de ellas. Por ejemplo: La industria de la moda y el maquillaje, han sido diseñadas para explotar la necesidad de aceptación. Las empresas aseguradoras y de seguridad privada, las constructoras y la industria automotriz, están diseñadas para explotar la necesidad de seguridad. En la actualidad son incontables las empresas motivacionales diseñadas para ayudar al ser humano a sentirse bien consigo mismo.
La necesidad de amar es tan grande que las empresas usan los comerciales televisivos para vendernos la idea de que, casi cualquier cosa, puede ayudarnos a conseguir el amor (“si usas este desodorante conseguirás el amor de una chica” “si usas esta pasta dental conseguirás el amor de un hombre”, etc.) La mercadotecnia consigue su éxito buscando ligar sus productos con cualquiera de las necesidades profundas.
Cuando Adán pecó se separó de la fuente (Dios) que lo satisfacía o lo llenaba y el resultado fue que ahora todo ser humano nace con un hueco que, a lo largo de su vida, intentará llenar. Cuando una niña se convierte en señorita, comienza a despertar en ella la necesidad de aceptación. Ella no está consciente de esto, solamente siente un hueco que necesita llenar. Con el tiempo, se puede hallar involucrada en una situación inmoral que no se originó por una pasión, sino por haber sido víctima de su necesidad de aceptación. Muchas personas contraen matrimonio no por amor, sino para llenar alguna de sus necesidades profundas. Voy a usar una ilustración para explicar mejor esta idea:
Un hombre y una mujer deciden casarse. Con el tiempo ellos tienen un bebé, cuando la enfermera viene caminando para presentarles a su bebé, ella piensa: “Pobre bebé que feo está” y luego se los entrega a sus papás. Cuando ellos ven al bebé exclaman: ¡Este es el bebé más hermoso que hemos visto en toda nuestra vida! Este bebé es completamente aceptado por sus padres.
Llevan al bebé a su casa y comienzan a cuidarlo. Cada vez que el bebé llora y grita, los papás le traen su alimento; el bebé está seguro. Los papás le dicen a su bebé: “Eres hermoso” ¡Que inteligente eres! ¡Muy bien hecho! El bebé se siente muy bien consigo mismo, también se siente muy amado y se sabe miembro de una familia. ¡El bebé tiene propósito! El niño crece muy feliz, pero cuando llega a la adolescencia algo pasa: Está convirtiéndose en un hombre y sus necesidades profundas comienzan a pronunciarse más fuerte; papá y mamá ya no son suficientes para llenar ese vacío.
Así que este adolescente comienza a buscar satisfacción y encuentra un grupo de personas que lo aceptan como es, tienen un tema con el que se identifican (son deportistas, son del mismo nivel social, tienen los mismos vicios, etc.) y decide ser amigo de ellos. En este grupo ha encontrado seguridad, su autoestima se ha elevado y siente que lo aman con un amor fraternal y verdadero. El adolescente sigue creciendo y llega un día en el que ya no se siente pleno al estar con sus amigos. Papá, mamá y los amigos ya nos son suficientes para llenar el hueco que siente en el fondo de su ser. Así que ahora, convertido en un joven, comienza a buscar satisfacción.
De pronto ve a una señorita muy atractiva y ella le sonríe. Cuando ella le sonríe él piensa: ¡Wow, sí que soy guapo! y le devuelve la sonrisa a la señorita. Cuando ella ve que el joven le sonríe ella piensa: ¡Wow, sí que soy guapa! e inician una conversación, él le brinda atención a ella, ella le brinda atención a él y ambos se sienten aceptados. Pasa el tiempo y comienzan una relación en la que, mutuamente están satisfaciendo sus necesidades profundas. Ella lo ama, él la ama y deciden casarse. Y así comenzaron un destino juntos. Ambos son felices; se entienden, se llevan muy bien. Pasan los años y de pronto un día se despiertan y se dan cuenta que hay una grieta en su relación. ¿Qué ha pasado? Él la ve a ella y piensa: “Aún es tan bonita como cuando la conocí” ella lo ve a él y piensa: “Pues sigue tan guapo como cuando lo conocí” ambos se preguntan ¿Qué pasó? ninguno de los dos sabe, pero entienden que algo le hace falta a la relación.
Él se involucra más en su trabajo, ella también, pues no saben cómo arreglar la grieta que están sufriendo en su matrimonio. Sigue pasando el tiempo. Él comienza a pasar más tiempo con sus amigos, ella también. Él encuentra un pasatiempo, ella también. Y un día mientras él está trabajando, mira a una de sus compañeras que le está coqueteando; él comienza a tener interés en esta otra mujer. La esposa está confundida, no sabe qué hacer; pero se resigna a seguir con su matrimonio porque ya tienen dos hijos. Sigue pasando el tiempo hasta que llega el día en el que ya no pueden seguir juntos, y deciden divorciarse. Ella se queda con sus hijos esperando que algún día llegue un nuevo él. Él decide comenzar una vida con la nueva ella. El ciclo empieza a repetirse.
Examinemos esta ilustración:
El primer problema es: Que las necesidades profundas se pronuncian de una manera inconsciente. Qué bueno sería que un adolescente pudiera distinguir lo que le pasa, qué bueno sería que él pudiera decir: “Esto que siento es la falta de aceptación” o “Esto que siento es la falta de seguridad” pero no es así, él solo siente un hueco que necesita llenar y, como si estuviera ciego, comienza a palpar intentando encontrar algo que lo pueda satisfacer.
Los sistemas del mundo (la familia, los amigos, el juego, etc.) funcionan para satisfacer estas necesidades profundas, pero funcionan de forma provisional; es decir, no son para siempre. Llegará el día en que, en lo que te hayas involucrado, no será suficiente para sentirte satisfecho. Al pasar el tiempo tendrás que seguir buscando, pues las necesidades profundas se manifiestan de manera cíclica. Los ciclos pueden ser de tres, cinco y siete años. Y cada vez que un ciclo termina, lo que estaba llenando tu necesidad ya no te funciona.
El segundo problema es: Que en el matrimonio de la ilustración, él está llenando sus necesidades a través de ella y ella está llenando sus necesidades a través de él. Si tú eres casado, piensa en todos los pleitos que has tenido con tu esposa (o); encontrarás la raíz de ellos en alguna necesidad profunda insatisfecha. Es común que la esposa le reclame al esposo: “Cuando hiciste esto me hiciste sentir rechazada” “Me hiciste sentir que no valgo nada” “Me hiciste sentir que no me amas” En este matrimonio la relación estaba basada en el egoísmo, pues él la explotaba a ella para llenar sus propias necesidades profundas y ella lo explotaba a él para llenar sus propias necesidades profundas. Ninguno de los dos está “dando”, solo están “recibiendo”.
La verdad es que solo Dios puede llenar tus necesidades profundas. Muchos matrimonios han fracasado porque él está esperando que ella haga por él lo que sólo Dios puede hacer; y ella está esperando que él haga por ella lo que sólo Dios puede hacer. Solamente Dios te puede hacer sentir completamente aceptado, sólo Dios te puede hacer sentir completamente seguro, sólo Dios te puede hacer sentir satisfecho contigo mismo, sólo Dios te puede hacer sentir completamente amado y sólo en Dios podrás encontrar el propósito de tu vida.
Ahora que has iniciado una relación con Dios, profundiza en esta relación y permite que Él llene el hueco que hay en tu ser. Cuando tú hagas esto, serás libre de amar sin demandar una respuesta favorable para ti. Por ejemplo: Imagina que me debes $500.00 y sabes que yo estoy esperando que me pagues. Vamos caminando por la misma acera de la calle, yo voy hacia ti y tú hacia mí, me ves a lo lejos; sabes que no tienes el dinero, entonces te metes a una tienda o te cruzas la calle para no toparte conmigo. De la misma manera muchas veces en nuestras relaciones estamos “cobrando” lo que creemos que nos deben, la otra persona está consciente de la deuda pero, como no tiene el recurso para pagar, comienza a “evitar” o a distanciarse de la relación. Cuando buscamos (inconscientemente) que la otra persona nos llene, estamos basando nuestra relación en egoísmo.
Al permitir que Dios te llene conocerás el amor verdadero y habrá en ti amor para dar. Cuando tú entiendas esto, sabrás que tu plenitud está en Dios y comenzarás a dar amor, aceptación, seguridad y valor sin “cobrar”. Tú podrás concluir: “Yo no puedo esperar ser lleno por mi madre, no puedo esperar ser lleno por mi padre, no puedo esperar ser lleno por mi esposo (a)” “Sólo Dios me puede llenar”
Ahora estás consciente que Dios siente un hueco en su ser por ti, pero también estás consciente que tu vacío únicamente lo puede llenar Dios. Si quieres permitirle que te llene, te invito a que repitas esta oración: “Papá ahora que conozco mis necesidades profundas, me doy cuenta que hice cosas equivocadas para intentar saciarme ¡Perdóname! también te pido que me perdones por haber explotado a otras personas buscando solo mi satisfacción, me doy cuenta que lo único que yo necesito es a ti; ¡lléname! ¡Lléname completamente! quiero vivir en tu plenitud, yo sé que aquí estás para mí; pero quiero que sepas que aquí estoy para ti”.
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