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La vieja naturaleza

Dr. Richard Hays

Notas del mensaje



En Génesis 2, 3 y Romanos 5 dice que Adán fue diseñado por Dios para ser nuestro representante, Dios estaba pensando que, si Adán era capaz de obedecer la ley y obtenía una victoria, esta victoria no solo sería para él sino para toda su descendencia. Si Adán hubiera obedecido la tierra hubiera sido bendecida, no existirían las enfermedades, no habría guerras ni pestes, ni hambrunas, ni pobreza, nada de esto hubiera sucedido si Adán hubiera obedecido. Como sucedió en la segunda guerra mundial: Canadá, Estados Unidos, México y otros países enviaron soldados representantes a la guerra y cuando estos soldados derrotaron al enemigo, no obtuvieron una victoria para ellos mismos solamente, sino que su victoria fue para todos los países que ellos estaban representando; yo ahora disfruto de esa victoria, tal vez esos soldados ya han muerto pero su victoria sigue vigente, México vive en libertad al igual que el resto de los países que participaron en esta guerra.


Así era como Dios había diseñado nuestra victoria: Si Adán ganaba, todos ganábamos. Pero Adán, aunque pudo haber obedecido no obedeció; lo importante es que, así como hubiera afectado a todo el mundo con su victoria, su derrota (o desobediencia) también afectó a todo el mundo.


Mientras que Adán tuvo la naturaleza de Dios, tuvo una fuerte relación con Dios, tuvo propósito y destino (el mandato de dominio) y tuvo recursos para llevarlo a cabo; pero cuando Adán pecó perdió todo. Este hecho afectó a Eva, a sus hijos y a toda su descendencia, incluyendo a nosotros. En Romanos capítulo 5 dice que tenemos una tremenda necesidad de un segundo Adán o un segundo representante, tú y yo somos insuficientes para restaurar la naturaleza de Dios, la relación con Él, el propósito y destino y los recursos. Pero también dice la Biblia “…No temáis…” ¿Por qué? Porque ha venido el Señor Jesucristo como un segundo Adán. Toda la humanidad vino de Jesús, en la Biblia es muy claro que Jesucristo es el creador, se hizo humano, ¿Por qué? Porque Él nos amó y sabía que era necesario que viniera para representarnos, porque si Él podía obtener una victoria, no sería solamente para Él, sino para toda la humanidad. Como Él nos ha representado, lo que Él gane, tú ganas, (como el ejemplo de la segunda guerra mundial, ni siquiera habíamos nacido y hoy estamos disfrutando de esa victoria). Hace 2,000 años Jesús enfrentó al pecado, entró en la muerte, en todas las cosas que la producía y Él venció, pero esta victoria no es solo para Él, sino para cada persona que Él está representando. Si tú puedes entender que fue lo que Jesús venció, podrás entender tu victoria.


Para Dios, la salvación es un regalo con tres elementos:


1. El primer elemento es PERDÓN: Dios nos ha perdonado todos nuestros pecados, ha quitado la culpa que produce el pecado; en cuanto somos perdonados podemos vivir sin culpa y sin auto condenación. El perdón que Dios nos da, es tan completo que nuestro estado actual es como si nunca hubiéramos pecado. Y la Biblia dice que cuando alguien no tiene pecado es SANTO. Yo hice un intercambio con Jesús: Le di mis pecados y Él me dio su santidad.


  • Todos los regalos y todas las herencias se reciben por fe, con el sencillo hecho de creer que esto es cierto Dios me lo traspasa. No es por lo que yo he hecho; es por lo que CREO.


2. El segundo elemento es NUEVA NATURALEZA: Antes de que Adán pecara tenía la naturaleza de Dios, Adán y Dios eran uno. El SER de Dios es gobernado por el amor que Él tiene, el SER de Dios es motivado por tu bienestar; y así era Adán, él tenía a Dios como primero en su vida; así fue hasta el día que Adán pecó, ese día el eje de Adán cambió; en lugar de que fuera Dios céntrico (como lo era antes) y que sus motivos fueran el amor y bienestar de otro, ahora sus motivos son egocéntricos, él piensa en sí mismo y en su bienestar primero. Ahora Adán es carnal, es decir, los apetitos de su cuerpo, de su alma y de su espíritu hueco, gobiernan su vida; ahora Adán es egoísta y carnal, esto es lo que la Biblia llama “El viejo hombre”.


Esta carnalidad es lo que define el SER de toda la humanidad, piensa conmigo: Hay un bebé que está tomando su biberón y cuando se lo termina voltea con su mamá y le dice: “Otro biberón por favorcito” ¿Así lo dice? ¿Tú has visto esto? ¡NO! Nunca dicen esto, el bebé hace un berrinche tremendo y podemos preguntarnos: “¿Por qué hace tremendo berrinche? Solo se terminó su leche” lo que pasa es que este bebé es un ser humano y por ende es egoísta, carnal, motivado por sus propios apetitos desde que nació.


Muchas veces, cuando estoy en una tienda y veo que un niño está avergonzando a su mamá, que se está portando como un bárbaro, yo volteo y le digo a mi esposa: “Se me hace que este niño va a ser humano” ¿Por qué? Porque su carnalidad y egoísmo lo están dominando desde su nacimiento.


El ser humano es tan egoísta y carnal que no acepta que es egoísta y carnal. Te aseguro que si tú vas por la calle y preguntas a un grupo de gente ¿Cuántos de ustedes son egoístas y carnales? No muchos levantarán la mano, porque es una condición que está tan arraigada dentro de nosotros que no reconocemos que así somos. Imagina que estás en tu casa, tu hijo de 2 o 3 años, está jugando con sus juguetes, llega una familia a visitarte y traen sus dos niños de la misma edad que el tuyo y tu hijo, al ver a los otros niños dice: “¡HOLA! Vengan por favor a jugar con mis juguetes y si quieren pueden llevarse dos o tres a su casa” ¿Esto es lo que sucede? ¡NO! Esto no es lo que sucede, somos egoístas y carnales desde nuestro nacimiento.


La carnalidad y el egoísmo son responsables de todo sufrimiento humano: Todos los divorcios tienen de trasfondo el egoísmo de esta pareja, todos los pleitos que tenemos tienen de raíz nuestra propia carnalidad y egoísmo; todos los homicidios, todos los golpes tienen que ver con carnalidad y egoísmo como su trasfondo. El ser humano fue diseñado para ser templo de Dios, pero cuando decide excluir a Dios de su vida y cederse a sus apetitos personales es capaz de hacer cualquier maldad que te puedas imaginar. Ningún animal tomará a otro animal con el fin de torturarlo, solo para verlo sufrir; los animales atrapan a sus presas las matan y se las comen; solo los seres humanos somos capaces de hacernos sufrir así, los unos a los otros. En el país de Darfur en los últimos siete años han muerto más de 200,000 personas, muchas mujeres han sido violadas en esta zona de rebeldía ¡Es algo terrible! Pero el ser humano es capaz de esto. En Tailandia hay padres que venden a sus hijas a la prostitución solo para tener una televisión en su casa. Solo los seres humanos son capaces de hacer cosas así a sus semejantes.


Dios dice que 1el alma que peque debe morir e inmediatamente comenzamos a pensar:

“Yo no soy tan carnal como este” “Yo no soy tan egoísta como aquel” y, tal vez, así sea; pero imagina que aquí hay un hombre que ha matado a otro hombre, a su lado hay otro hombre que ha matado a dos y junto a él hay otro que ha matado a tres y así sucesivamente, hasta llegar al que ha matado a diez. Obviamente este último es el peor de todos, pero delante de la ley, la condena para este hombre que ha matado a diez personas es la misma que para el que mató a una persona ¿Lo entiendes? Sea poca o mucha carnalidad todo está bajo juicio.


Toma un momento para pensar. En ocasiones necesitamos que alguien nos diga nuestras verdades; yo siempre digo: “Ojalá que tus problemas fueran satánicos” porque podemos tomar el nombre de Jesús y su tremenda victoria y reprenderlo y tú serías libre inmediatamente. Pero la verdad es que la mayoría de tus problemas no son demoniacos, la mayoría de tus problemas son producto de tu propia carnalidad y egoísmo.


Si tu problema fuera el dinero, Dios te ama tanto que habrías nacido multimillonario, si tu problema fuera por o estar en un nivel social alto, habrías nacido en la realeza, si tu problema fuera la falta de educación, habrías nacido con un doctorado, si tu problema fuera por no tener una buena pareja, al momento de nacer habría una foto con el rostro del hombre o mujer perfecto para ti; pero ninguno de estos, es tu problema. Imagina a un cerdo, el dueño lo bañó y lo dejó completamente pulcro, luego lo soltó ¿Sabes que hizo el cerdo? Volvió directamente al lodo del que lo habían sacado ¿Por qué? El dueño lo bañó, lo amó, lo cuidó ¿Por qué regresó al lodo? ¡Porque es cerdo! Lo hace por naturaleza. Romanos 7-15 “….No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco…”


Pablo dice: Yo hallo una frustración en mí, porque sé que es correcto pero no lo puedo hacer. El ser humano puede entender lo que es correcto, pero no quiere decir que lo puede hacer.

Pablo entiende que su mente entiende que es lo correcto, pero su cuerpo quiere tomar otro rumbo y Pablo se sentía muy frustrado. Probablemente tú también te sientes así, te gozas cuando ves lo que Dios está haciendo, te gozas al ver que hay esperanza, pero cotidianamente batallas porque aún no sabes cómo conectar tu mente con tus acciones. Pablo termina este capítulo diciendo: “Gracias a Dios por Cristo Jesús que me ha liberado de esta carnalidad y este egoísmo en el que me hallaba”.




Gálatas 2-20 dice: “…He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí…”


En las versiones más antiguas de la Biblia, en las primeras traducciones que hizo la Reina Valera dice en Génesis después de que Adán había pecado: 1“Maldita está la tierra por tu bienestar” y yo le pregunté a Dios ¿Cómo puede ser una bendición esto? ¿Cómo puede ser bueno para Adán que la tierra esté maldita? Dios me hizo entender que Él es el único que sabe qué es la eternidad; el hombre ahora, es tan carnal, tan egoísta, tan hermético, tan endurecido, el hombre ahora está separado de Dios al 100% y Dios es la fuente de vida, de bendición; solo Dios entiende lo que implica, lo que es, que el hombre esté separado de Él eternamente ¡Imagínate! Si Dios es amor, en la eternidad sin Él, hay odio y temor; si Dios es luz, allá hay oscuridad; si Dios es recompensa, allá hay castigo; si Dios es bendición, allá es maldición, y si allá está el Diablo con todos sus demonios y sus naturalezas corruptas y carnales…… Dios sabe qué es una eternidad sin Él.


Dios sabía que en el momento que Adán pecó, había iniciado un grave problema, porque ahora tenemos seres humanos que son carnales y egoístas de hueso colorado, como decimos acá en el norte ¿Cómo podemos ayudar a estos seres humanos? Quizá tú has visto cómo se niegan a escuchar a Dios, no quieren hacer caso, nos ignoran. “No, yo no necesito esto” están encerrados en sus ideologías. Dios veía esto desde antes y Él decía ¿Cómo les puedo ayudar? Yo los amo de todos modos, en verdad los amo: Dios sabe que si la vida no es dura, el hombre no voltearía a Él. Imagina a un hombre que trabaja trabaja, trabaja y vive muy apenas, muy limitado; vuelve a trabajar, trabaja, trabaja y no sale como él espera; trabaja, trabaja, suda, se desgasta, se esfuerza, pero la vida sigue siendo dura; entonces el hombre levanta su cabeza al cielo y susurra con desesperación: “Dios, ayúdame” Dios sabe que esta es la oportunidad que Él tiene para meterse de nuevo en la vida de este hombre.


Estoy seguro que si lo piensas, esto le ha sucedido a muchos de tus conocidos o, incluso, a ti. Dios nos ama tanto que ha permitido que la vida sea dura, para que despertemos, nos volteemos hacia Él y le digamos: “Dios, ayúdame”.


¿Alguna vez has visto una corrida de toros? El torero entra a la arena, se quita la capa la cual es roja en su interior, el toro está frente a él, el torero comienza a mover su capa de un lado a otro, la sacude y estos movimientos agitan al toro, el cual comienza a bufar, a patalear y a molestarse mucho. El color de la capa expuso la naturaleza del toro; de la misma manera, la ley expone nuestra naturaleza. Dios tomó a Moisés y le dijo: Te vas a meter en el mundo de los seres humanos con esta capa (los diez mandamientos) y la vas a poner enfrente de ellos, mientras que ellos los vean, estos mandamientos los van a exponer, los van a ayudar a que se den cuenta hasta donde ha llegado su egoísmo y su carnalidad. La ley tiene la meta de exponer lo que el humano realmente es.


¿Has escuchado la historia de la víbora Joaquín? Joaquín es una víbora cascabel que tenía una pésima personalidad, cada vez que alguien se le acercaba comenzaba a cascabelear, sacaba sus colmillos y preguntaba con muy mala actitud: ¿Qué quieres? ¿Qué haces aquí? Toda la gente comenzó a alejarse de Joaquín hasta que se quedó sin amigos. Un día un examigo de Joaquín pensó que hacía mucho tiempo que no sabía nada de esta víbora y decidió ir a su casa a visitarlo. Tocó la puerta, Joaquín abrió y completamente molesto, le preguntó a su examigo ¿Qué estás haciendo aquí? El examigo contestó: “Hola Joaquín, solo vine a verte porque hace mucho tiempo que no sé nada de ti; solo quiero saludarte” Joaquín contestó tajante: “Pues ya me saludaste” El examigo se sentía frustrado y le dice: Joaquín ¿No te has dado cuenta de que estás solo, que no tienes ningún amigo? Joaquín airado contesta: “Si me he dado cuenta”, pero ¿Qué te importa? El examigo respira profundo, se calma y le pregunta a Joaquín ¿Te puedo decir algo? Joaquín contesta exaltado: “Dime” El examigo le dice: “Tu personalidad es pésima, ofendes a todo el mundo, nadie quiere estar contigo porque picas, picas y picas” Joaquín le pregunta con algo de arrogancia ¿Qué crees que debo hacer? El examigo contesta: “Inscríbete en el TEC de Monterrey, estudia psicología tal vez te sientas mejor” Joaquín contesta sin mostrar entusiasmo: “Me suena, me cae” Ok. Joaquín ingresa en la carrera de psicología y después de algunas semanas se sintió mejor. Cursó el segundo semestre, Joaquín va muy bien, tercer semestre, decide terminar la licenciatura, luego la maestría; conoce a una mujer muy hermosa que había ganado un concurso de belleza, se casa con ella; las cosas han cambiado para Joaquín; decide estudiar el doctorado y estando en su fiesta de graduación; todos estaban orgullosos de él, su suegro, su esposa; y cuando Joaquín va bajando los escalones del auditorio, alguien le pisó la cola ¿Qué crees que hizo Joaquín? ¡Picó a esa persona! ¡La mordió! ¿Por qué? Porque el problema de Joaquín es que ES VÍBORA, las víboras pican por naturaleza.


El ser humano es egoísta y carnal. Joaquín tiene una esposa hermosa y aún pica, porque es una víbora, Joaquín ahora tiene mucho dinero, de todos modos pica. Joaquín tiene muy buena educación pero como quiera pica porque el problema de Joaquín no es dinero, no es el nivel social, no es educación; el problema de Joaquín es su naturaleza ¿Qué podemos hacer para que ya no pique? ¡Vamos a arrancarle los colmillos! Se los arrancamos, ya no lastima a la gente, pero todavía quiere picar, aún tiene las ganas, la intención de picar, su naturaleza no cambia aunque le quites los colmillos.


Esto es lo que sucede cuando hacemos a alguien religioso, son religiosos, pero la verdad es que aún tienen las ganas y los deseos de ser como eran.


Si tú quieres que Joaquín deje de picar necesitas esperar a que se descuide, brincar encima de ella, aplastarle la cabeza hasta que los sesos se le salgan, brincar encima de su cuerpo hasta que quede completamente deshecho y sus entrañas se salgan; y así ya no picará a nadie.


Tal vez esta ilustración es muy fuerte o violenta para ti, pero la verdad es que esto fue lo que te sucedió. Cuando Dios te vio Él sabía que la educación no cambiaría tu naturaleza, Él sabía que el dinero tampoco la cambiaría, Él sabía que el tener un hermoso o hermosa esposa tampoco la iba a cambiar. Él sabía que lo único que te podía liberar de este egoísmo y carnalidad era tu muerte.


Jesús es el creador de toda la humanidad, Jesús vale por toda la humanidad; si pones en un lado de la báscula a Jesús y en el otro a la humanidad; pesarán igual.


Cuando arrestan a Jesús y se lo llevan para juzgarlo se dan cuenta de que Él nunca ha pecado, pero los seres humanos sí, cuando se llevan a Jesús para castigarlo Él nunca ha desobedecido, pero los seres humanos sí; toda la humanidad vino de Jesús, Él nos sustituyó en el lugar del castigo: Comenzaron a arrancarle la barba a Jesús (yo tengo bigote y si me llego a arrancar un bellito, lágrimas vienen a mis ojos, ¡Imagínate! el dolor que Jesús sentía) luego le taparon la cara, lo golpeaban y le decían profetiza ¿Quién te pegó? Se burlaban de Jesús, le pusieron una caña rota en su mano y le dijeron: “Este es tu cetro rey” luego hicieron una corona con espinas y se la encasquetaron con fuerza en la cabeza. Luego lo llevaron a ser azotado, se colocaban dos soldados al frente de Jesús y otros dos atrás, cada uno de ellos tenía un látigo de nueve colas; las colas tienen entretejidas pedazos de hueso, vidrio y acero.


Cuando azotaban a Jesús el hueso de las colas del látigo funcionaba como un anzuelo que se pescaba de la piel y arrancaba pedazos de carne, el vidrio cortaba la piel y el acero molía la sangre. Le golpearon en los muslos, en el vientre, en el pecho, en la cara (1la cara de Jesús fue desfigurada, más que cualquier otro hombre), en la espalda, Jesús estaba con los brazos extendidos y lo golpearon enfrente y lo golpearon atrás. Te recomiendo que veas la película “La pasión de Cristo” en estos días; pero lo que Jesús sufre en esta película, no se compara con lo que realmente padeció (sufrió). La historia dice que las personas que sobrevivían a este azotamiento salían sosteniendo sus entrañas con sus manos. Jesús jamás pecó, pero los seres humanos sí; Jesús está sufriendo en lugar de los egoístas y carnales seres humanos, Él quedó tan golpeado, tan desfigurado, tan molido que no puede cargar su propia cruz.


Llegan al calvario, extienden sus brazos, clavan sus manos a la cruz, clavan sus pies, cuando levantan la cruz y cae con fuerza en el hoyo, todo el peso de su cuerpo es sostenido por los clavos que están en sus manos y pies, ¡Imagínate el dolor! pero eso no es lo peor; Él estaba colgando en la cruz, y sus pulmones se cerraron, ¡No puede respirar! Se esfuerza y se levanta apoyado en esos clavos de sus manos y pies, el dolor es tan fuerte que apenas se levanta un poquito ara agarrar el aire que alcance y vuelve a caer, el escaso aire que respiró se le acaba, necesita volver a levantarse para respirar, cobra fuerzas, se apoya en los clavos, soportando el intenso dolor, respira y vuelve a caer. ¡Te imaginas esto! El dolor que le provocaba levantarse para respirar, el aire no duraba mucho, necesitaba volver a levantarse; a veces las personas duraban así tres días. Solo los seres humanos pueden inventar una manera de sufrimiento tan doloroso.


Si el crucificado se estaba tardando para morir, en lugar de matarlo para que no sufriera más, les quebraban los huesos de las piernas para que al intentar levantarse para tomar aire, ya no pudieran. ¡Imagínate el dolor de intentar levantarse sobre huesos rotos para no asfixiarte! Así somos los seres humanos, carnales y egoístas.


En un momento vino sobre Jesús toda la carnalidad, todo el egoísmo, todo el sufrimiento que esta carnalidad y egoísmo han provocado, todo el abuso; todas las enfermedades que surgieron por causa de la carnalidad y el pecado. Todo fue vaciado encima de Jesús; en la mente de Dios no es Jesús quien está en la cruz, eres tú, tu carnalidad, sea poca o mucha, es tan agresiva que era necesario que Dios hiciera esto: Isaías 53-10 “…Jehová quiso sujetarlo a padecimiento…” tú le puedes preguntar a Dios: ¿Dios tú quisiste sujetar a Jesús a tal padecimiento? Y Él responderá ¡SÍ! Porque si no lo padece Jesús entonces te toca a ti. La única manera de tener misericordia, la única manera que Dios puede ser un Juez Justo, es justificando esta ley que ha sido quebrantada, SI, es sustituirte, tomar esta carnalidad que ha sido la fuente de todo sufrimiento y matarla en el calvario.

Antes de que Jesús muriera, grita estas palabras: 1“¿Dios mío porque me has abandonado?” Con todo lo que Jesús había sufrido hasta este momento, viene la gota que derramó el vaso o el colmo del asunto: Dios Padre se separa de Jesús; Jesús está en la cruz con todo su castigo, con toda la culpa, toda la carnalidad y sus efectos y ha sido abandonado ¿Por qué? La respuesta es clara: Porque si no abandona a Jesús, te abandonará a ti.


Salvación no es una cosa que se deba tomar a la ligera, Gálatas 2-20 “…estoy crucificado con Cristo Jesús, ya no vivo yo, ahora vive Cristo en mi…” Dios con su divino poder, en este momento, en el que Jesús está en el calvario, me ha liberado de mí mismo.


Proverbios 23-7 dice: “…como la persona cree en su corazón, tal es él…” Si tú decides creer esto ahora mismo, de que no solamente has sido liberado de tus pecados, sino que ahora eres santo y has sido liberado de todo egoísmo y carnalidad.


Quizá tu padre natural, era una persona llena de ira, quizá la inmoralidad ha seguido a tus generaciones, tal vez la pobreza a seguido a tus generaciones; esto ya no tiene que ser así; simbólicamente pon tu mano encima del cordero que es Jesucristo y confiesa tus carnalidades y egoísmos, traspásalos al hijo de Dios.


El antiguo testamento describe las diferentes ofrendas que se ofrecían y lo que simbolizaba el sacrificio por la naturaleza pecadora, requería ofrecer un toro, este animal es el más fuerte; tú puedes ver sus músculos en sus lomos, puedes ver su cuello tan grueso, puedes ver sus cuernos; es un animal muy fuerte tal y como lo es la carnalidad y el egoísmo. El oferente ponía su mano encima del toro y confesaba todas sus carnalidades, sus egoísmos y sus auto justificaciones, al terminar la confesión, el sacerdote ponía un cuchillo en la mano del oferente para que él mismo degollara al toro, pues se trataba de su propia carnalidad. Al ser degollado el toro cae al suelo, tiembla y muere, ahora este animal tan fuerte ya no puede hacer nada.


Ahora que estás leyendo esto, es un momento de sencilla fei ¡CREE! Extiende tu mano simbólicamente y ponla sobre Jesucristo y di: Toda mi carnalidad, todo mi egoísmo, hoy decido traspasarlo al hijo de Dios; hoy decido morir con Cristo y toda esa carnalidad aquí se queda en la cruz una vez y para siempre, y también decido resucitar con Cristo y ser un nuevo hombre, ya no con la naturaleza carnal y egoísta, sino con la misma naturaleza de mi Padre celestial.


¡Lo creo, lo declaro y lo vivo a partir de hoy en el nombre de Jesús! Amén.



Sencilla fe.  Jesús dijo: “Si tuvieras fe del tamaño de un grano de mostaza podrías decirle a esa montaña muévete de aquí para allá”. La semilla de mostaza es la más pequeña de todas las semillas, solo necesitamos una pequeña porción de fe para poseer, para tomar, para hacer efectivo en nuestra vida cada principio y verdad que aquí se explican.

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