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El perdón

Dr. Richard Hays

Notas del mensaje



Mateo 26:28 dice: “…porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados…” Quiero resaltar la frase “remisión de pecados” En este versículo Jesús está diciendo: Mi sufrimiento y el derramamiento de mi sangre va a provocar que toda la raza humana pueda ser perdonada de sus pecados, y éste perdón será tan completo que el estado en el que quedan las personas será como si nunca hubieran pecado.


Cuando pecamos quedan consecuencias en nuestras vidas. Isaías 53:4 y 5 mencionan algunas cosas que hemos permitido al pecar; estos pasajes dicen así: “…Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados…” Con estos versículos podemos ver algunas consecuencias del pecado:


Enfermedad. “Llevó nuestras enfermedades” y “por su llagas fuimos curados”. Hay enfermedades que vivimos que son provocadas por la culpa que sentimos por haber pecado. (Recuerda: Tú eres perdonado)

Intranquilidad, enemistad o angustia. “El castigo de nuestra paz fue sobre Él”. Esta frase hace referencia a tu estado emocional o psíquico. Entonces la obra de Jesús te permite estar en paz con Dios y en paz contigo mismo. Por medio de Jesús podrás vivir en paz.


El mundo espiritual es como una corte de juicio; el enemigo (Satanás) no puede hacer nada mientras no tenga una licencia. Aunque yo era tan pequeño, al desobedecer a mi papá le di una licencia al diablo para meterse conmigo a través del miedo. Desde el día en que Dios me restauró, el miedo no me domina; puedo ser tentado, pero no es lo mismo ser tentado que ser dominado. Soy tentado con muchas cosas pero no dominado por ninguna.


Es probable que mientras estás leyendo esto, El Espíritu Santo haya traído a tu memoria eventos en los que hayas resultado herido, abusado o traicionado. Con esto en tu mente, vamos a leer Mateo 18:23-33 “…Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Más él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?…” Todo lo que el primer siervo le debía al rey equivale a millones de pesos y el rey le perdonó la deuda. La deuda del segundo siervo equivale a $2,000.00, y el primer siervo no pudo perdonar a su deudor. El rey de esta historia representa a Dios; Él ha tenido misericordia de nosotros y nos ha perdonado toda nuestra deuda. El siervo que fue perdonado nos representa a ti y a mí, nuestra deuda era tan grande que nos separó de Dios eternamente y si Dios no nos hubiera perdonado a través de la obra de Jesús, hubiéramos tenido que vivir aquí en la tierra y en la eternidad, separados de Dios; y vivir separados de Dios es un infierno. Dios nos perdonó porque se lo pedimos; no le torcimos el brazo para convencerlo, no hicimos grandes cosas para alcanzar su perdón. Nos perdonó solo porque se lo pedimos y Dios está diciendo: ¿No debías tú hacer lo mismo, tener misericordia y perdonar? El versículo 34 dice: “…Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensa…” El perdón es algo mucho más significativo de lo que tú habías entendido. La persona que no pudo perdonar fue entregada a los verdugos; la persona que no perdona vive controlada por otros. Quizá fuiste herido, tal vez fuiste abusado o traicionado y no has querido perdonar; pero al decidir esto, tu vida ha sido controlada por aquel evento tal como yo era controlado por el miedo. Después de leer esto, estas deben ser tus conclusiones:


*Debo perdonar así como Dios me perdonó a mí; sin reservas ni condiciones, solo porque yo lo pedí.


*Debo perdonar así como alguien me perdonó a mí. El Padre Nuestro dice: “Perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”


*La manera como me voy a liberar de los efectos residuales que me han dejado los eventos del pasado es pidiendo perdón y perdonando.


Hebreos 12:15-17 habla de Esaú. Esaú no perdonó; la gracia, la habilidad de perdonar estaba allí, lista para operar en Esaú pero él no perdonó. Por no perdonar, Esaú comenzó a tener problemas en tres áreas:


1. Amargura.

2. Valores temporales.- Esaú siempre estaba pensando en él mismo, en lugar de poner a Dios en el lugar correcto, a su familia en el lugar correcto, su trabajo en el lugar correcto. Etc.

3. Inmoralidad.

Si Esaú hubiera perdonado, estaríamos contando una historia diferente, su familia hubiera vivido diferente pues hasta ellos se vieron afectados por su amargura e inmoralidad.


El Espíritu Santo ha traído a tu memoria un suceso que quizá habías enterrado, algo que tenías más abajo de la superficie. Dios te recordó un evento que tal vez creías que ya lo habías perdonado, concluido o cerrado, pero que Dios sabe que aún está teniendo efectos en ti. Con este evento en tu mente te sugiero que:


*Tomes responsabilidad con la parte del evento en que tú tienes la culpa. Casi no hay casos en los que toda responsabilidad recaiga en una sola persona o que una sola persona sea 100% culpable. Cuando Dios me dijo que pidiera perdón por haber desobedecido a mi papá, yo pude haber pensado: “Yo era muy pequeño” “Un niño no sabe lo que hace” pero realmente llegamos a cierta edad en la que comenzamos a tener conciencia del bien y del mal, así que yo me responsabilicé y pedí perdón. Entonces, toma responsabilidad con la parte que a ti te corresponde y di: “Padre, te pido que me perdones por… (menciónalo, sé específico)”


*Piensa en la ofensa que te hicieron y di: “yo perdono a… (menciónalo) por lo que me hizo aquel día”. Menciona específicamente las cosas que estas perdonando.


*Levanta tus manos y pídele a Dios que sane la herida de tu corazón.


…El castigo de nuestra paz fue sobre Él… ahora que has reconocido, que has pedido perdón; ahora que has sido perdonado y sanado, has cerrado cualquier puerta que estaba permitiendo que Satanás interviniera en tu vida, a partir de ahora él no tiene licencia para tocarte. ¡Entra en el reposo de Dios y permanece en el estado de paz que Él te regala!

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